Ayer, por la tarde, descansando en mi butaca, me saltó a los ojos, una serie de televisión, en la que trataban de la desaparición de 5 millones de dólares, pertenecientes a un blanqueo de dinero, y que inculpaban a un policía.
Automáticamente me vino a la cabeza, lo ocurrido hace años, cuando gobernaba en Cantabria el populachero señor Revilla (o revilluca, como le gustaba a él, que lo llamasen).
Sucedió que desaparecieron 5 millones de euros, que por lo que comentaban, pasaron de una cuanta de un banco a otra, en una empresa pública llamada Sodercan, y se les perdió el rastro. Y la contestación que daban los responsables del Gobierno a la oposición, en todos los asuntos era: Si quieren saber algo sobre las cuentas y las actuaciones del Gobierno, ¡ganen las elecciones!. Se veían invictos.
En la película se encuentra al culpable, que resulta ser un mafioso, pero en Cantabria, no tengo datos concretos, pero me inclino por la posibilidad que estén en el bolsillo de algunos.
Fue, aquella una etapa de 8 años de oscuridad, de tinieblas, pero el tontuco y sus mariachis, hacían lo que querían, arruinando y desacreditando a la Autonomía. Todos los cántabros saben de aquellas fechorías, los unos y los otros. Los chupantes y los chupados. Los mangantes y los mangados.
Y, por si fuera poco, esta semana he visto al personaje por la tele, que hablaba desde Santiago de Compostela, presentado su libro, que yo creo que sólo vende en la familia y el partido, hablándonos de los problemas de España y como se pueden resolver.
El tío, camina por las teles adictas, como un sabio cualquiera, y, soluciona todos los problemas de España, cuando él fue incapaz de resolver los de Cantabria.
Da lecciones como el maestro ciruela, y a los presentadores de los diferentes programas se les cae la baba como, si fuesen, tontos del bote.
Se hizo famoso con las anchoas que llevaba a la Moncloa, a otro parecido, y por ir en taxi.
Daba la imagen de un ahorrador, de un trabajador, de un responsable. Y lo que verdaderamente era, un despilfarrador de los público, como él mismo se declara simpatizante del pasado Keynes, en el peor de los sentidos.
Algo nefasto para Cantabria, con su carácter pueblerino y bonachón, estando toda su vida …… no quiero desbarrar……. dando una imagen engañadora, que no debe ser permitida para un personaje público, para un político ejecutivo.
Puede haber otros personajes de este tipo en España, pero la palma se la lleva este purriano de oscura trayectoria.
Se dice que, una vez, en privado, comentaba que en su pueblo hacia tanto frío, en épocas pasadas, que un paisano se bajo del coche a hacer sus necesidades, y como tardaba, fueron sus compañeros a buscarlo, y lo encontraron hecho un cuatro congelado. ¡A él se le tenía que congelar la lengua !.
Con estos personajes, siempre es lo mismo, la gente que conoce sus actuaciones nunca quieren hablar, y si te cuentan algo, siempre te piden que no digas nada.
Quiero aclarar que yo cuando hablo de algún personaje , lo hago de su comportamiento público, y nunca de su comportamiento privado, que respeto.
Don Miguel Angel Revilla no fue llamado para gobernar Cantabria, llegó a ello por casualidad, para desgracia de todos.
Vuelto a leer estas cuatro líneas, pienso que no hago honor a la fiesta que hoy celebra la Iglesia , el día de San Francisco de Sales, siempre tenido como: Patrono de la prensa católica. Que como todos sabemos, fue un excelente escritor-periodista, y dotado de la cualidad de la expresión clara y concisa.
Atentamente. Víctor Arce Blanchard. Orgulloso de ser español.
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En el Diario Montañés del sábado 17 de marzo de 2012, hablaba el Sr. Revilla, de sus hazañas presidiendo los gobiernos de Cantabria, y especialmente cuando ya esta desterrado, y deambulando por la oposición.
Como es un hombre mundano, hace sus compras en Hipercor (posiblemente le hayan pagado por la propaganda) ; nos dice que suena su móvil y resulta que queríen hablar con el Presidente de Cantabria, y lo cuenta para dar a entender que el actual es un chupatintas, y, en cambio él, sigue siendo considerado el Presidente. Jactándose que todavía tienen su número de teléfono en la Moncloa.
Menuda cara dura: ¡oiga Revilla!, cuando uno deja un trabajo, también deja el teléfono oficial de la empresa, y no se marcha con el a su casa y Vd. tiene que devolver ese teléfono, pues, según se desprende de sus comentarios, es el de la Presidencia del Gobierno de Cantabria.
Y Vd. tiene que hablar con sus amigos por el particular y pagar la factura como todo español, y con más razón Vd. que está cobrando de todos los cántabros, sin dar ni golpe.
A Vd. nunca desde la Moncloa, o cualquier empresa, lo tenían que llamar a su número particular, salvo que utilizase el oficial, para hacer chanchullos y trinques.
¡ El tío lo cuenta como una hazaña !.
Todos los que hemos estado en diferentes empresas, nunca nos hemos llevado el teléfono de la empresa, Vd. parece que si, que el dueño de la empresa Autonomía de Cantabria, era Vd.
Mala pinta, que se utilice un teléfono particular para los asuntos oficiales, da idea de que se trapichea, claramente en dos palabras: hay corrupción.
Claro que en la Moncloa o en cualquier estamento público, tienen que tener el número de la Presidencia de Cantabria, que siempre debe ser el mismo, lo que no puede ser es que el Presidente cuando lo echan los cántabros del poder, se lleve el teléfono oficial.
Sr. Revilla, ha querido hacer un chiste, una gracieta, y nos está demostrando que para Vd. Cantabria era su finca.
Esto que cuenta como hazaña, es motivo de expulsión de la actividad pública, no merece estar formando parte del Parlamento.
Puede que todo sea fruto de su imaginación primaveral.
En la foto del Diario Montañés tiene a su vera al hombrecito Rafael Sierra, que se autodenomina Rafael de la Sierra, pero los que hemos conocido a su padre, sabemos que es Rafael Sierra, y por favor, no se avergüence de su padre que era una buena persona, que recuerdo que cariñosamente mi padre le llamaba «rascateclas», pues además de trabajar en la SAM, tocaba el armonio en las iglesias.
Señor Revilla, a una persona que hace lo que Vd. cuenta , se dice de ella que es una persona indeseable y vulgarmente: un baboso.
Con mis respetos, para estos representantes cántabros. Atentamente.
Víctor Arce Blanchard. Orgulloso de ser español.
El Canto del ruiseñor 