El rey de las anchoas.

En el Diario Montañés del sábado 17 de marzo de 2012, hablaba el Sr. Revilla, de sus hazañas presidiendo los gobiernos de Cantabria, y especialmente cuando ya esta desterrado, y deambulando por  la oposición.
Como es un hombre mundano, hace sus compras en Hipercor (posiblemente le hayan pagado por la propaganda) ; nos dice que suena su móvil y resulta que queríen hablar con el Presidente de Cantabria, y lo cuenta para dar a entender que el actual es un chupatintas, y, en cambio él, sigue siendo considerado el Presidente. Jactándose que todavía tienen su número de  teléfono en la Moncloa.
Menuda cara dura: ¡oiga Revilla!, cuando uno deja un trabajo, también deja el teléfono oficial de la empresa, y no se marcha con el a su casa y Vd. tiene que devolver ese teléfono, pues, según se desprende de sus comentarios, es el de la Presidencia del Gobierno de Cantabria.
Y Vd. tiene que hablar con sus amigos por el particular y pagar la factura como todo español, y con más razón Vd. que está cobrando de todos los cántabros, sin dar ni golpe.
A Vd. nunca desde la Moncloa, o cualquier empresa, lo tenían que llamar a su número particular, salvo que utilizase el oficial, para hacer chanchullos y trinques.
¡ El tío lo cuenta como una hazaña !.
Todos los que hemos estado en diferentes empresas, nunca nos hemos llevado el teléfono de la empresa, Vd. parece que si, que el dueño de la empresa Autonomía de Cantabria, era  Vd.
Mala pinta, que se utilice un teléfono particular para los asuntos oficiales, da idea de que se trapichea, claramente en dos palabras: hay corrupción.
Claro que en la Moncloa o en cualquier estamento público, tienen que tener el número de la Presidencia de Cantabria, que siempre debe ser el mismo, lo que no puede ser es que el Presidente cuando lo echan los cántabros del poder, se lleve  el teléfono oficial.
Sr. Revilla, ha querido hacer un chiste, una gracieta, y nos está demostrando que para Vd. Cantabria era su finca.
Esto que cuenta como hazaña, es motivo de expulsión de la actividad pública, no merece estar formando parte del Parlamento.
Puede que todo sea fruto de su imaginación primaveral.
En la foto del Diario Montañés tiene a su vera al hombrecito Rafael Sierra, que  se autodenomina Rafael de la Sierra, pero los que hemos conocido a su padre, sabemos que es Rafael Sierra, y por favor, no se avergüence de su padre que era una buena persona, que recuerdo que cariñosamente mi padre le llamaba «rascateclas», pues además de trabajar en la SAM, tocaba el armonio en las iglesias.
Señor Revilla, a una persona que hace lo que Vd. cuenta , se dice de ella que es una persona indeseable y vulgarmente:  un baboso.
Con mis respetos, para estos representantes cántabros. Atentamente.
Víctor Arce Blanchard. Orgulloso de ser español.

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